martes, 29 de julio de 2008

Arranca de mi pecho el corazón caliente,
y latente,
permite a mis labios que besen,
que deseen
las arrugas profundas de tus sienes,
de tu frente,
déjame que apoye la cabeza en tu regazo
con la mirada ausente,
huye conmigo y brillemos en la noche oscura
como la estrella de oriente.


Una vida juntos,
revueltos, mezclados,
mil noches de aromas azmilclados,
caricias, sonrisas, pecados,
confidencias, gritos, mordiscos,
agarrados de la mano seremos uno,
que ya no importa si no existo,
si una mañana fría no despierto,
si tu descansas a mi lado.

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