lunes, 7 de julio de 2008

He regresado.

He regresado, tras unos dias, semanas, de la más ignomiosa pereza o desidia, hoy he vuelto a resurgir de mis cenizas, todavía candentes. Miro hacia atrás y veo tiempo perdido, segundero maldito siempre dando vueltas, hoy me revelo contra todo y escupo al cielo, sólo para esperar la caída del salivazo. Limpio mis ojos y lo veo todo claro, las preocupaciones eran hojas marchitas que se lleva una brisa de verano, ese dolor de estómago que no me deja respirar se cura con una pastilla multicolor, vitaminas, reconstituyentes, cocaína, alcohol de muy alta graduación, gominolas con sabor a regaliz, empanadillas de carne. Se que me estarás vigilando por si decido saltar. Espero que tus brazos sean recios y no quiebren al recogerme, por si acaso me pongo a dieta de lentejas y melocotones. Es verano, he vuelto a nacer, a la vida a la juventud, hoy que mis pies se despegaron del suelo y no puedo escuchar nada, grito para que no te coja de sorpresa cuando salte al vacio.

Aquél hombre me mira extrañado, creo que es porque no me conoce, sonrío y me quito el sombrero, él mira y sonrojado levanta la mano en forma de saludo, parece más tranquilo ahora que lo he bendecido, y ya no mira extrañado, sólo sonríe porque ahora ya me conoce, ya cree conocerme. Me pongo las gafas de sol aunque sólo se ven nubes, cada vez siento con más fuerza que he renacido, y ya no sangran mis estigmas.

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