lunes, 21 de abril de 2008

Sólo son las dos.

Sus ojos eran muy claros, no se si azules o verdes, miraban mucho más lejos de lo que debieran, como si estuvieran perdidos, él me dijo que era gallego aunque fuese rubio y de ojos claros, y toda su familia también, desde tiempos inmemoriables, a mi no me costó creermelo.

-Vaya loco, que ya se va para casa.

Lo miré con incredulidad, no había entendido nada, para que me molesto. Llega una edad que se supone debes entender la angustia todos la vivimos alguna vez, hay gente que se muere sin profundizar en nada, que vive en la felicidad o la miseria más absoluta y no se plantea el porqué de sus sentimientos, de sus emociones, que simplemente se encuentra bien o mal. ¿Todos los locos están en la calle de madrugada? Yo tengo ganas de llorar y sólo son las once, tendré que trasnochar para que me tomen en serio, sin embargo, cuando me dijo aquello, desde aquellos confusos ojos claros (blancos), me sentí mucho más cuerdo que hacía unas horas y me quería ir a casa.

1 comentario:

Diego Vazquez dijo...

Muy bueno, va ha haber que hacer algo contigo.. venderte o algo